jueves, junio 18, 2009

Memorias de un cinéfilo (4)


Sombras de la China, sombras de la China.
Vea correr la liebre por la cortina,
al ganso haciendo el ganso,
al héroe y al villano.

Sombras de la China, de J.M. Serrat

Mis precarios inicios como aficionado a la pantalla grande se ubican en Barlovento. Fue a mediados de los años 50, cuando entre las brumas del mito y las candilejas de parpadeante modernidad vi mis primeras películas. A estos primeros filmes les precedió la práctica de jugar con las luces de los carros que se proyectaban en la pared de mi casa ubicada en plena carretera nacional vía Higuerote. A modo de improvisar una especie de teatro de las sombras, mi primo Víctor y yo nos dedicábamos a configurar con las manos toda clase de imágenes que en nuestra temprana imaginación se nos antojaban vivas y acordes a los deseos de fantasear las historias que aún no habíamos visto en el cine.
Esa incipiente sed de cine fue aplacada por las primeras películas mexicanas que llegaron al caserío Las Morochas. Bastaron apenas 5 minutos de proyección de película para que olvidáramos esas sombras de la China que quedaron ancladas en esos sueños artesanales cercanos al mito de nuestra primera fantasía.
En un corralón ancho se fueron alineando las sillas plegables y taburetes que cada espectador iba llevando al lugar donde se proyectaría la primera película que vi en mi vida. El rostro de María Félix acercándose al de Jorge Negrete nos mostraba el romance arquetipal entre los herederos de dos familias rivales. Se trataba de El peñón de las ánimas (1942), película dirigida por Miguel Zacarías que en la provincia vimos con excesivo retraso.
A El peñón de las ánimas le siguieron cintas como: Allá en el rancho grande y Adiós, Mariquita linda, en las cuales brilló el carisma de Tito Guízar; Los tres Villalobos y otras que ya no recuerdo por más que trato de activar los resortes de la memoria. Gracias a la música mexicana de aquel entonces (rancheras, corridos y guapangos) aún puedo evocar algunos retazos
Esa afición (más obligación que libre elección) por el cine mexicano continuó creciendo y alimentándose en el tiempo con no pocos bodrios y muy contados aciertos. De los Estudios Churubusco Azteca S.A. recuerdo haber visto algunas películas de Santo El Enmascarado de Plata como Santo contra los cerebros del mal, Santo contra los hombres infernales y Santo contra los zombis, entre otras que forman parte de una saga casi interminable de héroes, villanos y situaciones llenas de misterio, temor y el eterno reto de enfrentar la muerte y el mal.
Ese primer cine que vi durante mi niñez y temprana adolescencia estuvo dominado por las producciones mexicanas made in Chapultepec. Fue un tiempo de aprendizaje que yo defino como calistenia intelectual que para bien o mal alimentó mi hambre de voyeur insatisfecho.
Sin atreverme a dar una lista pormenorizada de esas películas que agrupaban a valiosos talentos de la escena azteca, creo que ese cine sirvió de entrenamiento a los ojos y agudización del resto de los sentidos en una tarea preparatoria de la sensibilidad ante las fluctuantes sorpresas de que nos depara el arte. Ese cine, repito, a veces artificioso, lacrimógeno y no exento de una proverbial cursilería, sirvió para activar nuestra accidentada sociología latinoamericana. Parte del discurso justicialista e igualitarista de algunos caudillos populistas de ese continente tiene su principal referente en este cine, el cual define nuestra personalidad histórica encerrada en un prolongado laberinto de ficciones, mitos y soledad. Envueltos en la eterna prehistoria de una niñez que no nos abandona, seguimos jugando a las sombras de la China, haciendo gestos desesperados frente a la cortina de la historia. Así lo percibo cuando vuelvo a esas imágenes marchitas. Ante el desfile de escenas en blanco y negro me veo a mi mismo frente a una pared blanca donde con gran ilusión insisto en inventar figuras extrañas, inéditas y capaces de articular historias y procurar un poco de felicidad. Esta historia continuará. ¡Abur y hasta la próxima semana! casconcert.blogspot.com cartonsil@hotmail.com, casconcert@gmail.com

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