miércoles, abril 01, 2009

Noche de chatarritas en inglés


Siempre es bueno cualquier pretexto para reunirse con los amigos, escuchar música y tomarse unos tragos. Precisamente esa fue la fórmula que apliqué el pasado fin de semana cuando en compañía de mi esposa Jacqueline Durán y mis amigas las hermanas Díaz en Valencia, nos dimos a disfrutar un inolvidable velada que se prolongó casi hasta las 5 de la mañana.
Esta reunión familiar nos permitió además recordar viejas anécdotas y hechos que se entrecruzan en las rutas de por lo menos tres generaciones. Enith, Trinidad Almaluz, Jacqueline iban intercambiando sus experiencias. Allí salieron a relucir los primeros novios, el primer baile apretadito y el despertar vivo de la sexualidad que se drenaba a través del primer baile y los besos furtivos al filo de una luz pálida y envolvente.
La activación de estos recuerdos estuvo impulsada por un CD contentivo en éxitos de los años 50- 60 -70 que Enith, Almaluz y Trinidad Díaz le grabaran el pasado año a Luisa, su hermana mayor, a propósito del día de las Madres. Después de varios olvidos, encuentros y desencuentros pudimos pulsar nuestros recuerdos comunes y particulares al ritmo de cada canción. El atractivo de la noche consistía en esta compilación, que a diferencia de muchas que se consiguen en el mercado informal y formal, estaba hecha bajo el impulso de las propias vivencias experimentadas por estas insustituibles protagonistas.
Confieso que esa noche llegué a El Poblado en San Diego con el propósito peregrino de refrescar algunos episodios de mi juventud turbulenta. Al recordar que este año se cumplen 40 años de dos eventos transcendentales como son El viaje del hombre a la luna y el Festival de Woodstock, tratamos de ubicar nuestras añoranzas en esa música que a despecho de algunos puristas y chauvinistas venía empaquetada y cantada en inglés. ¿Qué vamos hacer si nos gusta el whisky y las chatarritas en inglés? Que si son tontas y algunas de sus letras no le llegan ni por los tobillos a nuestros boleros, eso no importa, porque las melodías de esas canciones en muchos casos despiertan emociones para las cuales no hace falta traducción.
A medida que iba cayendo la noche unánime y borgiana hurgando entre trofeos y ruinas circulares de un pasado glorioso, nos fuimos sumergiendo en esas canciones como quien repasa con supremo deleite los episodios de una historia conocida.
En ese desfile de éxitos escuchamos con infinito placer piezas como: Sellado con un beso (Sealed with a kiss), de Bobby Vinton; Carol, de Neil Sedaka (compuesta a Carole King cuando apenas contaba 15 años, (acota Enith); It's too Late), de la mismísima ex novia de Sedaka, la muy amada y recordada Carola Rey; Mrs Robinson, de Simon y Garfunkel de la película El Graduado, la cual nos remite obligatoriamente a los Sonidos del silencio, hermosa canción que se mantuvo por más de un año en los primeros lugares; Sylvia´s mother said (La mamá de Sylvia dijo), del Dr. Hook and the Medicine Show; Te llevo bajo mi piel (I've Got You Under My Skin), del gran compositor estadounidense Cole Porter), interpretada por The Four Seasons con Frankie Vali; La primera vez que vi tu rostro, de Roberta Flack; Tren de medianoche a Georgia, de Gladys Knight and the Pipes (Midnight train to Georgia), la cual suscita muchas reminiscencias en la generación travolta, cuyos integrantes hoy frisan los 40 y dele; Te amo más de lo que eres capaz de imaginarte (I love you more than you’ll ever know), de Al Kooper con Sangre, Sudor y Lágrimas ; canción que me trae muy tristes recuerdos; Cuando un hombre ama a una mujer (When a man Loves a Woman), de Percy Sledge; (En su versión original, enfatizó Almaluz en una intervención certera), Young girl (Muchacha joven, con Gary Puckett and The Union Gap; Monday Monday, de The Mamas and The Papas), grupo del cual recordamos el carisma y la voz de Mamá Cass Eliot, quien murió prematuramente dejando a este cuarteto pop sin su portentosa voz); y otras hermosas canciones que dieron sentido a esa noche memorable.
Muchos recuerdos y anécdotas fueron asomados al filo de la madrugada, como aquella cuando Enith, después de varios intentos fallidos, logró bailar acompasadamente, por primera vez, con un muchacho. Se trataba del tema ¿Por qué camino vas, Billy (Which way you´re going, Billy?), con The Poppy Family. Su cuerpo temblando de la emoción aún recuerda el hechizo de aquella noche cuando sonidos y colores conformaban un todo para conjugar una misma emoción, una misma ilusión.
Esa noche en El Poblado, la música siguió su curso para recordarnos que en un tiempo no tan lejano nuestro placer más preciado era reunirnos con los amigos y amigas para escuchar y vivir la música. Es una manera de disfrutar la vida que a pesar de tantas modalidades recreativas existentes jamás pasará de moda. Podrá cambiar el formato, (ahora es pen drive, mp3 o iPod, pero la esencia es la misma: dejarse llevar por la magia envolvente de la música. ¡Abur y hasta la próxima! casconcert.blogspot.com cartonsil@hotmail.com, casconcert@gmail.com

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