viernes, enero 30, 2009

Recuerdos paulatinos (Parte 4)


Nueva Ola, existencialismo y música moderna eran términos que a principios de los 60 eran intercambiables. Con una inaudita audacia y una insalvable ignorancia, el común de los venezolanos usábamos tales términos como sinónimos y equivalentes. En medio de esa telaraña de significados recordamos nombres de artistas como Los 5 Latinos, Monna Bell, Los Zeppy y hasta la Primerísima Mirla Castellanos quien tomó como referencia obligatoria a la gran Mina. es oportuno aclarar que el término Nueva Ola pertenece al cine francés que define al movimiento estético que entre 1959-62 agrupó a creadores valiosos como Francois Truffaut, Jean-Luc Godard, Alain Resnais y Claude Chabrol entre otros.
Montados en la carruaje de otra “Nueva Ola” llegó César Costa a nuestro país para imponer los suéteres a raya y el discreto copete que perdió efectividad tres años después con la llegada de Los Beatles. Como una prolongación de los 50 musicales, la balada continuó conquistando espacios entre los oyentes. De esta manera el primer César Costa que llegó a presentarse en el Show de Renny impuso un estilo y un bloque de canciones que cautivaron a un sector de la juventud. A mis pocos años me veo tarareando algunas baladas como Diana, Mi Pueblo, Adán y Eva y Besos por teléfono y uno que otro éxito versionado por César Costa cuyo nombre verdadero es César Roel Schereurs nació en el Distrito Federal de México y representa toda una referencia en el llamado pop hispano. Junto al venezolano Enrique Guzmán canalizó las simpatías de muchas de las jovencitas de aquel entonces que deliraban en todo el continente. Con esa fama y aire de teenager llegó a Venezuela para despecho de muchos hombres que no ocultaron su envidia tal como se evidenció en pleno show de Renny donde un exaltado en plena cámara le llegó a gritar a todo pulmón: “M…”
En medio de ese furor los venezolanos cuyas edades oscilaban entre 12 y 20 años entonábamos sus canciones mas sonadas. Eran letras simples, si se quiere banales y otras excesivamente cursis pero la moda es ciega y la emoción no pierde el tiempo para robarle espacio a la razón. “Cada vez que mi corazón,/ late en busca de una ilusión,/ ring ring ting aling,/ quiero llamarte a ti wuo wuo wuo. Besos para ti much-much/Besos para ti much-much /es mi corazón que siempre anda en busca de tu amor”. ¿Se habrá visto algo más tonto que esta letra? Sin embargo, una letra muy pobre en contenido lírico funcionó con una orquesta acoplada y la habilidad de un buen vocalista.
Junto al boom de cantantes mexicanos recordamos a los Holligans quienes impusieron el sonado éxito Agujetas de color de rosa. Durante esos años sonaban los temas de la chilena Monna Bell, quien logró pegar en nuestro país verdaderos éxitos como El telegrama, La Montaña y Don Quijote, interpretado también por Los 5 Latinos con la interpretación solista de Estela Raval..
Al final de los 50 y a todo lo largo de los años 60 como parte de una expresión mimética de la cultura, casi siempre se mantuvo la tendencia entre solistas y grupos musicales latinoamericanos de copiar o seguir pautas extranjeras. Los 5 Latinos era una respuesta a Los Platers; Monna Bell y Mirla una consecuencia de Mina, César Costa, el Paul Anka mexicano. De igual manera, los grupos latinos, comenzando por Los Teen tops eran prolongación de Elvis y Chubby Cheker, conocido como el Rey del Twist. Aquí en Venezuela tuvimos versiones criollas como Los Zeppy, Los Naipes (con Mirtha Pérez) y Los Impala, cuyo nacimiento en Maracaibo se ubica el final de los 50. Esta larga lista de canciones y artistas que saltan en tropel para activar la máquina de la memoria tiene mucho que ver con esos años vividos en La Vega. De esa época recuerdo a un muchacho que estudió conmigo en el Instituto Parroquial Santa Rosalía, quien nos juró que había conocido a Paul Anka en el Hotel Tamanaco. Para lograrlo se hizo pasar por limpiabotas. Allí, en un ínterin, no sólo le lustró los zapatos al creador de Diana, sino que estrechó su mano y consiguió que le cantara una canción a capella (creo que My Town) Ahora no recuerdo su nombre pero sí su sonrisa iluminada por la emoción de haber conocido personalmente a un verdadero astro de la canción. No sabemos si la historia es cierta o inventada. De todos modos no deja de ser fascinante. ¿No les parece? Esta historia continuará. ¡Abur y hasta la próxima entrega

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