sábado, marzo 03, 2007

Cuadernos de la Beatlemanía en Venezuela (1) El Estallido



Los Beatles nunca visitaron Venezuela pero su presencia siempre estuvo viva entre los jóvenes que teníamos entre 14 y 18 años cuando estalló el fenómeno que se conoció como la Beatlemanía. Lo más cerca de nosotros que estuvo el famoso cuarteto fue en Las Bahamas, en 1965, cuando filmaban algunas escenas de la película Help.
En una primera etapa que va desde 1964 (cuando se escuchan por primera vez en nuestro país) hasta 1967, Los Beatles eran considerados como un grupo que atraía sólo al sector femenino. Los varones que nos atrevíamos a confesar nuestra admiración éramos vistos raros y nos colocábamos bajo sospecha en el inventario de los viejos retardatarios, acostumbrados a esperar de la vida sólo las carreras semanales del 5 y 6.
En lo que respecta a mi experiencia personal nunca tuve el privilegio de ir a Liverpool donde está The Cavern, santuario y espacio donde se gesta el movimiento beat. Una percepción más fiel y directa nos la ofrece Rudy Márquez, quien confesó haber tenido una conversación informal con John Lennon. En ese encuentro el líder de Los Beatles le deseó mucha suerte y lo animó a que no se desesperanzara.
Yo comencé a saber de ellos aproximadamente en 1963-64 por reportajes publicados en la revista LIFE en Español. De modo que cuando estalla la Beatlemanía en Venezuela, teníamos una idea de qué se trataba. Mi percepción sobre lo que al principio fue un fenómeno de masas, una moda y un producto de marketing, es que se convirtió después en el sello de toda una generación. Ya no se trataba de una moda pasajera o artificial, sino de una filosofía o un estilo de vida que se enfrentaba radicalmente al mundo caduco.
Puedo afirmar que mi aventura beatle se inició cuando ingresé a estudiar 1er año de bachillerato en el Liceo Gustavo Herrera en Bello Campo, Chacao. Era el año 1964 y me había tocado una sección de las mayores. Tenía una novia bellísima que estudiaba bachillerato comercial en el Liceo Fernando Peñalver.
La evolución de mis gustos y la de toda una generación está allí, en el disfrute de cada uno de sus discos. A la aparición de cada álbum nuevo de Los Beatles se iba sumando una serie de experiencias. Ellos revolucionaron hasta la manera de percibir el hecho discográfico y el mundo mismo.
Mi inicio discográfico con Los Beatles, mejor dicho, la primera vez que escuché un disco completo de Los Beatles, fue en la casa de la señora Mary Pinto de García Dávila en la urbanización Country Club, en Caracas, en la calle Oriente. Había acudido allí por invitación de mi primo Víctor Acevedo, quien se desempeñaba como barman. Me dijo que la señora estaba de viaje y le había dejado las llaves de la despensa. Allí me tenía reservadas dos botellas de champaña de la viudita. Ante la promesa de tomarnos unas cuantas burbujas, me dirigí del Liceo Gustavo Herrera a la calle Oriente luego de tomar mi autobusito de trompita que estacionaban al frente de lo que es ahora la estación del Metro de Chacaíto, cerca de la Cortina, a un lado de Fondo Común, a dos cuadras del cine Broadway.

Algo me decía que ese día sería trascendental. En un rincón estaba el pick up Philco con tapa blanca de vinil. A un lado una docena de discos. Uno de ellos llamó mi atención. Se trataba del álbum With The Beatles donde aparecen con el corte totuma y unos suéteres cuello tortuga. Bajo un estado de ansiedad indescriptible puse la pasta negra. Lo que emanaba del disco era una energía nunca antes sentida. Estábamos ante un sonido alucinante. Please mister postman me cautivó, Hold me tight me resultó espectacular, I wanna be your man sencillamente excitante y Not a second time aceleró mi imaginación.
Luego pasamos a lo que era el disco de moda A hard day´s night (La noche de un agitado día). Allí hay varias piezas llamativas además del tema promocional que le da título al álbum. If I fell, la pegajosa I´m happy ust to dance with you y Can´t buy me love sirvieron para colocarnos en ambiente. Desde ese instante todo se animó. Quizás bajo el estímulo de la champaña entramos en una atmósfera nueva, en un nuevo campo magnético al cual sólo se tiene acceso a través de la magia de la música. Todo ese disco es agradable. No tiene desperdicio. Es un disco comercial, es cierto, pero digerible. Esta es una experiencia que a la luz de varios años viene a ratificar el placer que proporciona escuchar una música que nos lleva y a la cual no oponemos ninguna resistencia. (Esta historia continuará).
cartonsil@hotmail.com








7 comentarios:

Almaluz Díaz dijo...

No me canso de leer esta crónica sobre tu encuentro con Los Beatles; las anécdotas que salpican tu relato te describen como un incurable melómano cuyas mayores aventuras son las que tienen un sello musical. Esta nueva lectura me sirvió para descubrir o, mejor, recordar que mi camino hacia Los Beatles era exactamente inverso al tuyo: cuando yo iba ya tú venías de vuelta, claro, la brecha generacional influye; pero más que eso, es el hecho de que ya Los Beatles se habían separado cuando ya tenía uso de razón musical. Lo primero que oí creo que fue justamente el tema que marcó la disolución del grupo: Let it be, que yo cantaba cual como lo escucha Leripí y no tenía ni idea de qué significaba. Del último, fui haciendo un recorrido a sus éxitos iniciales, de la mano de mi hermana mayor, Luisa. Lo cierto es que a pesar de los años que han pasado, las canciones de Los Beatles siguen siendo tan jóvenes como en los años 60 y siguen gustando a las nuevas generaciones que van surgiendo. Es verdaderamente un fenómeno de atemporalidad que pocas veces ocurre. Sigue con tus cuadernos de la Beatlemanía. Lo que viene es bueno.

CAS CONCERT dijo...

Estamos a la espera de nuevo material.

CAS CONCERT dijo...

Gracias a todos mis amigos de Catia por atender a este llamado

CAS CONCERT dijo...

Ahora les estoy entregando la segunda parte de la saga Cuadernos de la Beatlemanía en Venezuela (¡Auxilio, el ayer llegó de repente!) referido al disco Help que muestra la frescura de esos días cuando los Fabulosos Cuatro jugaban a ser ellos mismos, para protagonziar la felicidad de toda una generación

CAS CONCERT dijo...

Tal como lo expresó Almaluz Díaz en un comentario a propósito del primer capítulo de Cuadernos de la Beatlemanía, lo que viene es bueno. Ciertamente, esa historia es tan fascinante que nunca nos cansaremos de repetirla. La Historia de Los Beatles que es también nuestra historia

CAS CONCERT dijo...

Continuamos con la Beatlemanía. esta vez con un disco paradigmático: Revolver, el cual amrca el camino de la contracultura.

CAS CONCERT dijo...

La gente pide mas Beatles