domingo, febrero 25, 2007

CAS-CONCERT

Aqui estamos para persistir en una pasión, la pasión por la música, el arte y la vida. Borges afrmaba que todo está destinado a convertirse en litetaruta. Yo digo que todas las vivencias y las cosas que nos circundan están destinadas a convertirse en anécdotas y finalmente en crónicas, como forma de condimentar esa vida que se redimensiona en lo que se cuenta.. Como Ave Fenix resurgiendo de sus propias cenizas, vuelvo en nuevo formato e ideas nuevas. Desde hoy quiero compartir con ustedes este renacimiento.

5 comentarios:

CAS CONCERT dijo...

“Las canciones viven en la memoria personal y colectiva de las gentes. Las canciones viajan y nos transportan a tiempos y lugares donde tal vez fuimos felices. Todo momento tiene una banda sonora y todos tenemos nuestra canción, esa canción que se hilvana en la entretela del alma y que uno acaba amando como se ama a sí mismo”.

Joan Manuel Serrat

Almaluz Díaz dijo...

Ya era tiempo, CAS; amigo mío, ya era tiempo. Has saldado no digo una deuda, un MONO gigante con los cibernautas a quienes habías privado, (sin que muchos de ello siquiera lo supieran)de tu sapiencia, de tu verbo sabroso e inteligente; de tu crítica aguda, de tu memoria resplandeciente como un espejo a pleno mediodía y recién lavado. CAS, tienes mucho en tu equipaje, tienes mucho que ofrecer en este espacio. Seré una de tus más fervientes y frecuentes lectoras. Saludos emocionados de tu amiga Almaluz Díaz.

CAS CONCERT dijo...

Amigos y amigos

Verdaderamente estoy sorprendido de la capacidad de este instrumento comunicativo que nos permite estar más cerca del corazón de los amigos y amigas. Decidí crear mi propio blog, bajo el concepto de compartir ideas, gustos y placeres. La idea es propiciar el diálogo interactivo. Este será un sitio para el reencuentro y el disfrute de las cosas que nos da la vida y el arte.
Gracias, Almaluz por tus comentarios que están activados por la amistad y el gusto de compartir placeres, afinidades y vivencias.

La idea es correr la voz para hacer de esta página el sitio al cual muchos acudirán en busca de identidad espiritual y cultural.

Gracias, a ti Jacqueline por tu probada solidaridad, gracias tambien por hablarme desde la dimensión de la pasión. Creo que no hay otra forma de compartir estas irrenunciables afinidades.

CAS CONCERT dijo...

muchos amigos se quejan por teléfono sobre la dificultad de acceso. Imagino que debe ser el tipo de servicio de internet que etán utilizando

CAS CONCERT dijo...

Cuadernos de la intolerancia (6 y fin)
Agravio a Jesús Soto en Ocumare

Al culminar con estos Cuadernos de la Intolerancia vemos con asombro como hemos vivido durante tanto tiempo sin tomar conciencia sobre este tipo de conducta negadora de todo civismo. ¿Cuándo terminaremos con esta práctica que se presenta como un peligroso cocktail en el cual se mezclan fanatismo, intransigencia, fundamentalismo y miopía intelectual?.
Un caso típico de intolerancia fue protagonizado por un grupo de vecinos del Playón de Ocumare de la Costa contra el maestro Jesús Soto. Corrían los años 90 cuando unos vecinos envalentonados enfilaron toda su ira contra el padre del cinetismo. El incidente se suscitó a raíz de un pasadizo cercano a la casa playera del artista plástico que había sido tomado como urinario público. La pestilencia y el alboroto sitiaron el lugar que se convirtió en un verdadero dolor de cabeza para quien había tomado la opción playera para su descanso semanal.
Durante todo el tiempo que duró la jornada de remodelación y acondicionamiento de su casa en la playa, el maestro Soto dio muestras de sincera cordialidad, al punto de compartir con los obreros que trabajaron en la obra. A esa casa llegué a ir en compañía del difunto Alejandro Armas, quien sostuvo una consecuente amistad con el artista. El propio Alejandro tenía una casa cercana a la suya. Allí, con Alejandro y Mildred de anfitriones, tuvimos la oportunidad de disfrutar de una hermosa velada en la cual Soto fue la principal atracción. Esa noche la guitarra en manos del artista sonó espléndida y sutil al mostrarnos la belleza concentrada en la samba argentina, las milongas y los inolvidables boleros.
A la obra de Soto llegué por varios conductos. Pero lo que más me animó a seguir paso a paso su legado excepcional fue una exposición realizada hace más de 30 años en el Museo de Bellas Artes en Caracas. Allí pude percibir la magia que proporciona la experiencia del penetrable, la lluvia de espigas que nos inunda y activa nuestros sentidos. También debo hacer referencia a una magna exposición concebida y producida años después por el Museo de Arte Contemporáneo de Maracay Mario Abreu bajo la dirección de Idelisa Rincón González. Allí pude absorber un poco más del arte cinético, del cual Soto era su máximo representante en el mundo entero. La revolución de Soto es tan grande que logró superar al propio Vassarely.
Soto había llegado a Ocumare como una forma de anclar la nave de un creador que deseaba seguir soñando al contacto con la plenitud solar reflejada en esas esferas por él concebidas donde la luz cumple su labor de desmaterializar el objeto. Lo que al primer momento se entendió como un regalo para Ocumare se tornó en un estorbo para quienes no advertían la dimensión artística de un venezolano universal.
Tal como les decía al principio, ese pasadizo se convirtió en un tormento que el maestro Soto quiso minimizar levantando un muro que los guapetones percibieron como un gesto de hostilidad. En una noche pendenciera, algunos vecinos del Playón alentados por el alcohol y algunos caciques que nunca faltan se llegaron hasta la casa de Soto a quien le profirieron insultos y todo tipo de improperios. Afortunadamente la sangre no llegó a la playa, pero quedó una desagradable sensación de pobreza espiritual que aún me inquieta.
Este incidente está registrado en la prensa local y representa una mancha para el gentilicio de Ocumare, visiblemente maltratado por algunos de sus hijos que se dejaron llevar por la emotividad, la ceguera y la mal querencia. A un lado quedó una placita inaugurada en ese entonces con el concurso y entusiasmo de quienes siempre han apostado al civismo y la calidad de vida. A ese lugar no he vuelto más por temor a tropezarme con la desidia y el tiempo acumulado donde seguramente estará bostezando el olvido que todo lo borra, incluso el recuerdo de una mala noche donde la intolerancia tocó las puertas del maestro Jesús Soto. cartonsil@hotmail.com